La fotógrafa y profesora de fotografía del Ciclo Superior de Ilustración y Gráfica Interactiva de la Escuela de Arte de Murcia Mar Sáez expone desde el pasado 25 de marzo y hasta el próximo 25 de mayo su proyecto ‘Terza Vita’ en la galería madrileña Daniel Cuevas (calle Santa Engracia, 6). Además, el próximo 6 de mayo Mar viajará a Madrid para realizar una serie de visitas comentadas a la exposición de 11 a 14 horas. ¡Estáis invitad@s!
De la exposición, hace unos días el crítico de arte Luis Francisco Pérez publicó una bella reseña de la que os facilitamos un fragmento:
“Terza Vita” ha sido filmada en Roma, pero no en los estudios de “Cinecittà”, sino en las feas y desoladas playas (lo son de día y de noche) de Ostia, el último lugar, como bien sabemos, en el que Pasolini pudo constatar, también por última vez, que “hay que ser muy fuertes para amar la soledad” (verso que igualmente pertenece al poema citado). Es en este escenario, entonces, donde Mar Sáez ha realizado un trabajo (durante su estancia en Roma becada por la Academia de España entre 2021 y 2022) que mucho tiene por igual de lúdico como de antropológico, de inmersión en una determinada edad biológica como de investigación del psicologismo de concretas “tribus urbanas”, de poéticas de la soledad afectiva como de idílicas o pastorales situaciones por el deseado reencuentro. Y, por supuesto, “Terza Vita” es, especialmente, un trabajo, un estudio, sobre el cuerpo y la mirada en él depositada, o sobre el cambiante rostro cuando nos sabemos sexualmente deseados, o “capturados” (otra forma de posesión) por la cámara y la voracidad de su propia técnica.
Estas nocturnas reuniones juveniles en la playa de Ostia, días después del confinamiento pandémico (y que se alternan con imágenes pertenecientes a las diferentes artes que de una manera tan profusa y arrogante encontramos en la capital italiana), poseen la misma “alegre tristeza” que observamos en la obra de dos grandes artistas que, con anterioridad, se han interesado por esta misma realidad existencial propia de la primera juventud, aún siendo muy diferentes entre sí y con respecto a nuestra artista: la serie “Kids” de Larry Clark y la primera época de Wolfgang Tillmans. A partir de estas similitudes en las diferencias es donde este último trabajo de Mar Sáez adquiere su mejor y más interesante personalidad y singularidad, pues es muy consciente, y ello sería su argumento más solvente, que “lo Real” (y a diferencia de los artistas citados) no es admitido más que bajo ciertas condiciones (la “distancia brechtiana”, por ejemplo), lo que permitiría que la imagen fotográfica creada pueda ser, dando la razón a Godard, una verdad a 24 “clics” por segundo. Bien mirado, también nos sirve, contemplando estas, a su manera, inquietantes imágenes de una humilde felicidad generacional, que el travelling (y son muchos los que la artista ha llevado a cabo en “Terza Vita”) es siempre una cuestión de moral artística, o de honestidad creativa. Por eso es una muestra tan inteligente como bella.