Un espacio mínimo, sobrehabitado. Último reducto de seguridad. Una deses- perada búsqueda de la luz. Una cuaren- tena. Ingredientes suficientes para con- formar un distópico presente. 

Un “yo” sesgado, confundido y absorto en un micromundo desestructurado que no entiende, se enfrenta a un mundo de sombras, absurdo, en el que siente dilatarse el tiempo y la muerte en toda su lentitud.