Entré en la Escuela de Arte porque me apetecía estudiar algo creativo y diferente.
Mi experiencia fue muy buena.
El ciclo superó mis expectativas. Disfruté del ambiente que había en la Escuela, no sólo de los eventos o exposiciones sino de su día a día, y conocí gente que aún me acompaña.
Y con lo que aprendí pude desarrollar una profesión que me encanta y que se ha convertido en mi modo de vida desde hace seis años